Una de las técnicas que hoy en día se utilizan para luchar contra un incendio, es el uso de sistemas de protección pasiva contra el fuego. Se trata de un conjunto de materiales y sistemas pensados para impedir la aparición de un incendio, así como su propagación y de está manera facilitar su extinción.
¿De qué se encarga la protección pasiva contra incendios?
Este sistema se encarga de garantizar el confinamiento y el control del incendio al facilitar la evacuación de los ocupantes, así como la de garantizar la estabilidad del edificio en sí. La normativa también habla de la protección del contenido del edificio, es decir, de las moquetas, cortinas y revestimientos.
En función de esto, se puede hablar de una serie de tratamientos como el ignífugo que evita que el fuego se produzca. Para realizar este tratamiento se necesitan hacer unas pruebas para ver cómo reaccionan al fuego algunos materiales. También, hay que contar con una adecuada protección estructural, para evitar que el edificio colapse y se mantenga estable ante la posibilidad de un fuego.
Para evitar que el fuego se propague hay que compartimentar, es decir, hacer sellados y cerramientos para que las llamas no lleguen a todos los rincones del lugar. Asimismo, son necesarios sistemas de control antihumo y una señalización luminiscente para asegurar una correcta evacuación en caso de ser necesaria. Con todo esto, ya se tiene el sistema perfecto y completo para protegerse frente a un posible incendio en cualquier momento.