Los conductos se han convertido en uno de los elementos más importantes en lo que respecta a la seguridad contra incendios dentro de un edificio. Uno de los sistemas de protección pasiva contra el fuego que más se emplea en la actualidad en diversos sectores.
Principales tipos y aplicaciones
Dependiendo de la función que tengan, podemos distinguir dos tipos de conductos: los de extracción de humo y los conductos de ventilación.
Los conductos de extracción de humo se emplean para eliminar el humo de los edificios y permitir la evacuación de emergencia de las personas que se encuentren en el interior. Se suelen instalar en espacios grandes, sobre todo aparcamientos, edificios de gran altura, edificios comerciales, de oficinas y residenciales.
Este tipo de conductos están obligados a conducir el humo fuera del edificio. A su vez, son sistemas de protección pasiva contra incendios que deben resistir las temperaturas generadas con el fuego.
Los conductos de ventilación, por su parte, son los conductos ignífugos encargados de evitar la propagación del fuego y el calor entre dos compartimentos. Las paredes y los suelos de estos compartimentos deben tener una cierta resistencia al fuego. Los conductos no deben convertirse en espacios en los que el fuego o el humo caliente puedan propagarse a otras áreas.
Es posible evitar la propagación de incendios de un compartimento contra incendios a lo largo de escaleras, habitaciones y pasillos de acceso general si todos los materiales de construcción y elementos estructurales comparten una clasificación de incendios.